¿Por qué no ponerle a las calles nombres de delincuentes?

La nomenclatura en calles, colonias y avenidas se ha visto invadida por la ambición de trascender por parte de los políticos. Si bien es cierto que es común encontrar en ellas el nombre de polémicos héroes -dado que muchos de los cuales no lo fueron tanto- no es motivo suficiente para que se degraden como actualmente sucede.

Pareciera los mismos políticos, los que nos tienen en la miseria, se autocomparan con grandes personajes históricos cuando mas bien, su trascendencia ha sido gris y opaca, relegada a un espacio temporal que en el mayor de los casos, no se quiere recordar. Así pues, no sólo los héroes y algunos 'villanos' cuentan con el derecho a ser reconocidos con una calle que lleve su nombre, sino también al parecer, los delincuentes.

En Michoacán existe una calle que lleva por nombre el del actual presidente de nuestro país, específicamente en Maravatio de Ocampo. Independientemente de las opiniones partidistas que puedan referirse al respecto, es un honor inmerecido como político. Si este se debe a que fue líder juvenil mundial en Davos, es favoritista, puesto que no todos los mexicanos que adquirieron ese reconocimiento han encontrado tal distinción.

Le sorprenderá saber que Vicente Fox tiene 52 calles en 14 entidades federativas del país con su nombre, además de una colonia.Quiero suponer que se debe al hecho de haber sido al primer presidente de la alternancia -donde aún así, no lo justifico en modo alguno-.

Ernesto Zedillo, lleva 54 calles con su nombre y 3 colonias. Vaya forma de agradecer a tal personaje la crisis que en su sexenio, alcanzó cerca de un 70 % de mexicanos en pobreza patrimonial, en gran parte, por compartir información confidencial con sus amigos banqueros agudizando el ´'error de diciembre' como bien señalara su antecesor Salinas de Gortari. Actualmente existe una denuncia que también lleva su nombre inscrito, pero se debe a la matanza de Acteal.

Carlos Salinas, quien llegó de manera fraudulenta a la presidencia de la República y que presuntamente se involucrara con el narco como lo expresó su antecesor Miguel De la Madrid, tiene 24 colonias con su nombre así como 149 calles. Es el colmo del egocentrismo y por qué no decirlo, de la adulación por parte de los responsables de otorgar estas nomenclaturas, pues evidentemente, jamás se habrían otorgado en consenso ciudadano para ninguno de los políticos que se citan en este escrito.

Aunque usted no lo crea, hay nombres que indignan más se coloquen en letreros y para muestra un botón. Arturo Montiel tiene 16 calles que llevan su nombre, por supuesto todas ellas en el Estado de México. Compadezco a los habitantes de las mismas. El góber precioso, Mario Marín, también tiene una en la capital poblana. Humberto Moreira, además de la famosa deuda legada a Coahuila, tampoco tuvo pudor para aceptar que 7 calles llevaran su nombre, mismo número que Fidel Herrera.

La lista es larga, muy larga. Tal vez demasiado para este espacio. Por tal motivo le brindo la liga http://gaia.inegi.org.mx/mdm5/viewer.html donde pueda consultar los nombres que le plazca a su entera satisfacción si desea tener un momento de indignación.

Por cierto que de los candidatos actuales a la presidencia de México, sólo López Obrador se atrevió a recibir esta inmerecida distinción para los políticos con 17 calles y una colonia.

Como ciudadanos, no deberíamos permitir que este tipo de acciones continúen dándose. Pero de ser así ¿Por qué no ponerle a las calles nombres de delincuentes también? -si no es que en algunos casos, es lo mismo-.

En Hidalgo

A pesar de que esta entidad cuenta con los indicadores más bajos en desarrollo humano, economía, transparencia y de los más altos en pobreza, los responsables de tal situación también han cometido lo que podríamos considerar, el delito moral del egocentrismo.

Osorio Chong tiene una calle que lleva su nombre; Núñez Soto, tres; Murillo Karam, dos; Lugo Gil, una; Lugo Verduzco cuatro y una colonia; Rossell De la Lama, cuatro;   Jorge Rojo Lugo, seis calles y una colonia; Manuel Sánchez Vite, tres; Ramírez Guerrero, seis; Serna Leal, dos... incluso los interinos, todos, se 'sintieron' merecedores de esta distinción.


 

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