Del por qué los servidores públicos en particular deben apoyar al CNTE

Por Emmanuel Ameth

Los maestros pertenecientes a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) son objeto de un linchamiento mediático por parte de las autoridades mexicanas con la intención de dejarles en desprestigio ante la opinión pública. Como toda campaña difamatoria, es a fuerza de la repetición y no de argumentos que se desea inculcar una pésima percepción sobre el único grupo que en la actualidad, defiende la gratuidad de la educación así como otros tantos de sus derechos laborales.

La polarización se debe a la naturaleza tan desigual que existe entre quienes dependen de una concientización para unir adeptos a su causa y los gobernantes, aquellos que cuentan con todo el poder político-económico para manipular a las masas y no dudan en usar todos los medios a su disposición para conseguirlo.

Porque la fórmula nunca ha cambiado pero parece que no se aprende: primero se crean los bandos y después se incita tomar uno de ellos, manipulando los hechos para que se tome el que ellos dicen que es bueno.

Los servidores públicos de todos los niveles y los maestros tienen mucho más en común de lo que pudiera encontrarse de diferencia. El ingreso de ambos proviene del erario y por tanto su responsabilidad social es igual de enorme. Ambos aparentemente son promovidos mediante pruebas y evaluaciones, pero también son testigos de que los espacios a dónde crecer nunca son suficientes o simplemente no son para ellos: suelen tener por superiores quienes llegaron producto de sus relaciones públicas, pocas veces por méritos.

Y a pesar de ser tan parecidos en sus necesidades, los servidores públicos exigen a los maestros pruebas de permanencia a las que ellos mismos no se someten. También les reclaman una preparación que ellos tampoco tuvieron: para estar frente a un grupo, independientemente del nivel del maestro, se requiere de una formación superior así sea esta magisterial mientras que en el caso del servicio público se es más flexible dependiendo del nivel del funcionario. En el extremo más lamentable hay servidores públicos que piden se ocupe la fuerza para apaciguar los reclamos que el magisterio hace en las calles, olvidando que además de ser estos justos, también son legítimos.

En el servicio profesional  de carrera de la burocracia hay evaluaciones del desempeño individuales que se complementan con las calificaciones brindadas por sus compañeros; para el magisterio sin embargo, además de las mencionadas son también un ponderador los resultados obtenidos por sus educandos.

Porque si el magisterio en la prueba PISA aparece en el último lugar dentro de los países pertenecientes a la OCDE, en la posición 46 (de 61 globales), los servidores públicos lo hacen peor. Transparencia Internacional ubica a México en la posición 105 dada la corrupción en sus instituciones; la facilidad para abrir un negocio, dada su burocracia, lo ponen en la posición 53 según Doing Business del Banco Mundial; también, el Índice de Competitividad Mundial del WEF lo posiciona en el 55 como producto también de la ineficiencia burocrática... en fin que si observamos el rendimiento del magisterio y el de los servidores públicos respecto a los miembros de la OCDE en todos los indicadores se es el último lugar, pero el magisterio lleva cerca de 10 escaños de ventaja en posición respecto los servidores públicos en México.

Porque la reforma educativa atenta contra la economía de las familias mexicanas al hacerlos partícipes de los gastos de mantenimiento; porque pretende centralizar, dejando en manos de unos pocos, tanto la contratación como la decisión de quiénes permanecen  y quienes crecen dentro del magisterio, siendo esto último sólo una lucha por el poder. Incluso las políticas reformistas se decidieron mucho antes de contar con un diagnóstico de la problemática educativa.


A los servidores públicos hay que recordarles que la causa del magisterio, es también la suya y que la diferencia irreconciliable está con los que se creen y actúan como los dueños del país. Con ellos sí hay pocas similitudes si no es que ninguna. El magisterio, los servidores públicos y la sociedad mexicana en general se debe a las mismas condiciones, comparten las mismas carencias y por ello también, son responsables de los mismos resultados. Unión y solidaridad son el CNTE.

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